El derecho a caminar sin miedo
En Granada, como en muchos pueblos del oriente antioqueño, caminar a veces se parece más a una maniobra de escape que a un acto cotidiano.
Una mamá con su bebé en coche debe bajarse a la vía porque no hay andén. Un adulto mayor camina rozando los muros porque la acera es angosta, o simplemente inexistente. Un niño sortea motos y carros mientras trata de llegar al colegio.